Algunas personas afirman que los países deberían centrarse exclusivamente en el desarrollo de la economía para eliminar la pobreza, mientras que otros creen que el desarrollo conduce a problemas ambientales y, por lo tanto, debe suspenderse.Me parece que es sólo una cuestión de énfasis diferente: ambos puntos de vista tienen sus justificaciones dependiendo de la necesidad de diferentes países.
Por un lado, tiene sentido que los países empobrecidos prioricen el auge de la economía sobre sus implicaciones en el ecosistema.Desde la perspectiva de los defensores de esto, el problema mismo que agota a estas naciones no es el hábitat de la flora y la fauna sino el atraso económico, ya sea la baja productividad en la agricultura, la insuficiente inversión en infraestructuras o los millones de muertos por hambre y enfermedades.Teniendo en cuenta esto, estimular el crecimiento económico se corona como de suma importancia para proporcionar los fondos para abordar estos problemas.Un ejemplo convincente es China, donde el vertiginoso auge económico durante el último medio siglo ha sido testigo de una drástica disminución de su población pobre y la eliminación de las hambrunas.
Si bien el argumento tiene su papel que desempeñar en las regiones menos desarrolladas, no se justifica lo suficiente como para silenciar a aquellas
ambientalistas que protestan en las calles de los países industrializados, que ya han experimentado las ramificaciones perjudiciales junto con las recompensas económicas.En Estados Unidos, por ejemplo, es la popularidad de los automóviles privados la que se ha convertido en el principal culpable del aumento del dióxido de carbono.Además, el costo de abordar los impactos perniciosos de algunos proyectos industriales podría superar abrumadoramente su contribución al sistema tributario, considerando la erosión del suelo a largo plazo y la contaminación del río debido a la contaminación peligrosa; esta preocupación desde una perspectiva económica también genera la afirmación de que el florecimiento no debe sacrificar el medio ambiente.
En conclusión, cada afirmación tiene su justificación desde cierta perspectiva, yo diría que las economías emergentes podrían sacar lecciones de los países industrializados en sus experiencias al tratar la relación entre desarrollo y sistema ecológico, y por lo tanto iniciar una estrategia más integral que satisfaga su demanda.
Hora de publicación: 22 de mayo de 2020